San Genarín de León: la historia del santo que nunca lo fue

En León, cada Jueves Santo, cuando la ciudad se viste de solemnidad por las procesiones, hay un rito paralelo y muy peculiar: el Entierro de Genarín. Popularmente se habla de San Genarín, pero conviene aclarar que Genarín nunca fue un santo. Su memoria se mantiene gracias al humor irreverente y al cariño popular, más que a ningún reconocimiento oficial de la Iglesia. Es un personaje convertido en mito, que encarna la picardía leonesa y la capacidad de transformar una tragedia en una fiesta única.


Quién fue Genarín

Genaro Blanco Blanco, conocido como Genarín, nació en 1861 en Izagre, un pequeño pueblo leonés. Abandonado de niño y criado en un hospicio, llevó una vida marcada por la humildad y la supervivencia. Trabajó en oficios diversos: hortelano, jornalero, tipógrafo, y finalmente como pellejero ambulante, dedicándose a la compraventa de pieles pequeñas. Aunque su vida material fue austera, su carácter extrovertido y su amor por la calle le hicieron ganarse la simpatía de muchos vecinos.

Era un hombre que disfrutaba de la bohemia y del bullicio nocturno de León. Sus lugares favoritos eran las tabernas, los juegos de cartas y los burdeles de la ciudad, donde era conocido por todos. Su pasión por el orujo le acompañaba siempre, y con el tiempo se convirtió en símbolo inseparable de su figura. A pesar de su estilo de vida, Genarín no fue visto como un marginado, sino como alguien cercano y querido, cuya compañía era sinónimo de conversación y anécdotas.

Su final, paradójicamente, fue tan pintoresco como su existencia. En la madrugada del Viernes Santo de 1929, mientras orinaba junto a la muralla, fue atropellado por el primer camión de la basura de León, apodado “La Bonifacia”. Fue encontrado por “la Moncha”, una prostituta del barrio que lo cubrió con un periódico. Aquella muerte absurda lo convirtió, sin quererlo, en inmortal.


El nacimiento de la procesión pagana

La historia de Genarín no terminó con su muerte. Apenas un año después, cuatro amigos suyos —apodados los “evangelistas”— decidieron rendirle homenaje. Inspirados por su espíritu libre, organizaron una procesión alternativa en la noche de Jueves Santo. En lugar de incienso, hubo orujo; en vez de rezos, se escucharon versos satíricos; y el recuerdo de Genarín se convirtió en bandera de irreverencia y humor popular.

Lo que comenzó como una broma entre amigos acabó atrayendo a decenas de personas. Cada año se repetía el cortejo, recorriendo los bares del casco antiguo, recitando poemas y recordando a aquel hombre sencillo que murió de forma tan peculiar. En poco tiempo, la tradición creció tanto que se convirtió en un acto paralelo a la Semana Santa oficial.

Durante el franquismo, la procesión fue prohibida por su carácter pagano y festivo, al considerarse ofensiva. Sin embargo, tras la transición volvió a celebrarse, con más fuerza que nunca. Hoy en día, el Entierro de Genarín se ha consolidado como uno de los ritos más singulares de León, uniendo tradición popular y desenfado en una cita única en España.


Cómo se celebra hoy

Cada Jueves Santo por la noche, cuando las procesiones religiosas recorren la ciudad en silencio, León se prepara también para una fiesta distinta: el Entierro de Genarín. La celebración comienza con una cena burlesca donde los cofrades recitan poemas, redactan la llamada Encíclica del año y bautizan a los nuevos miembros de la hermandad con orujo. Este momento de camaradería marca el inicio de la velada.

Después, ya entrada la medianoche, arranca la procesión. Desde lugares emblemáticos como la Plaza del Grano, el cortejo avanza por las calles del casco antiguo entre música, versos y ofrendas. Los pasos son muy peculiares:

  • Genarín, representado con su botella y su farola.
  • La Moncha, recordando a la mujer que encontró su cuerpo.
  • La Muerte, en una clara parodia de las procesiones tradicionales.
  • La Cuba, un barril de orujo que contiene pan, queso, naranjas y laurel, ofrendas que cada año se cuelgan de la muralla en recuerdo del pellejero.

Lo más llamativo son las “estaciones” donde se detiene la procesión para recitar versos cargados de ironía y crítica social. En ellas, la solemnidad se sustituye por el humor y la risa compartida. Esta mezcla de burla y devoción popular ha hecho que el Entierro de Genarín se convierta en un rito esperado, donde la tradición se reinventa cada año.


Milagros y anécdotas

El mito de Genarín ha crecido hasta el punto de que se le atribuyen milagros picarescos. Se cuenta que intercedió para curar a una prostituta enferma, que ayudó a la Cultural Leonesa a marcar un gol decisivo y que incluso sanó a un enfermo de riñón en el mismo lugar donde él falleció. Estos relatos, aunque narrados con humor, forman parte esencial de la liturgia popular que rodea a su figura.

Otra de las anécdotas más recordadas es la del Hermano Colgador, encargado de ascender las ofrendas hasta lo alto de la muralla, un momento clave de la procesión. Con el tiempo, incluso se han sumado concursos de versos burlescos y canciones dedicadas a Genarín, confirmando que este “santo sin altar” ya pertenece a la cultura leonesa tanto como la Catedral o la Semana Santa oficial.

El Entierro de Genarín es más que una procesión: es un símbolo de resistencia cultural, de humor frente a la solemnidad, y de la capacidad del pueblo para transformar la desgracia en tradición festiva.


Una cita única en la Semana Santa de León

Hoy, el Entierro de Genarín atrae a cientos de visitantes cada año. Muchos llegan atraídos por la fama de esta procesión diferente, que convive con la oficialidad de la Semana Santa sin restarle protagonismo. León se convierte durante esas noches en un escenario donde conviven lo sagrado y lo profano, lo solemne y lo divertido.

Lo más especial es que esta cita no busca competir con la religiosidad de la Semana Santa, sino aportar otra visión: la de la memoria popular, cargada de sátira y alegría. Por eso, el recuerdo de Genarín sigue vivo, no como un santo de la Iglesia, sino como un símbolo de León.


Dónde alojarse en León para vivir el Entierro de Genarín

Si quieres vivir de cerca esta experiencia, lo mejor es alojarte en el centro histórico de la ciudad. Desde León Apartamentos podrás salir a pie a disfrutar tanto de las procesiones religiosas como del irreverente Entierro de Genarín. Nuestros apartamentos están totalmente equipados y ubicados a pocos pasos de la Catedral y de la muralla, lugares clave de esta tradición. Reserva directamente y disfruta de la Semana Santa de León con comodidad, cercanía y el mejor precio garantizado.